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Fervor y devoción en una Romería de la Virgen de Luna multitudinaria en Pozoblanco

Diario Córdoba. Julia López
La romería de traída de la Virgen de Luna de Pozoblanco estuvo marcada por un día espléndido que congregó a miles de romeros en el santuario de la Jara. La jornada se desarrolló sin mayores incidentes y lo multitudinario de la cita se dejó ver en la larga cola para acudir a rendir visita a la patrona de la localidad pozoalbense al término de la eucaristía.

Una cita donde hubo nombres propios como los de José Bajo Moreno, que recibió la medalla de oro de la cofradía, o Pedro Fernández Moreno, Andrés Sánchez Morales, José García Bernias, Alfonso Amor Fernández y Jacinto Morales Dueñas, que recibieron la de plata. Además, hubo que sumar una nueva hermana a las filas de la cofradía, María Elisa García Bernias. Todo en un año donde se quiso hacer un guiño a la coronación para lo que se invitó a doce cofradías de gloria de la comarca de Los Pedroches.

El capitán de la cofradía, Juan García, apuntó sorprendido que «nunca he visto tanta cola para visitar a la Virgen», reconociendo ser «de lágrima fácil» cuando impuso las medallas a sus hermanos y recibió a quien se sumó a la cofradía. Lo hizo después de reconocer que se están viviendo años «complicados» tras el cambio de estatutos o la adaptación a la normativa de armas, pero esos cambios están llegando con noticias muy positivas para la cofradía como la coronación o la declaración de Bien Interés Cultural de Andalucía.

Hechos que parece que se dejan notar, por ejemplo, en las cuadrillas formadas para llevar a la Virgen hasta Pozoblanco. Una situación que se vive por etapas, pero que en la actualidad goza de gran aceptación por lo que la patrona va en volandas hasta una de sus localidades.

La Virgen de Luna ya está en Pozoblanco tras su Romería de Traída más especial

El día de Córdoba. Rosa G. Aperador
La Virgen de Luna ya está en Pozoblanco. Su llegada a la Parroquia de Santa Catalina en el anochecer del domingo es el culmen de un espléndido día de Romería de Traída en el Santuario de La Jara con unas temperaturas casi primaverales, un cielo raso y el calor de los miles de romeros que han querido acompañar a su virgen en este día tan especial.
Cumpliendo con los rituales de siglos pasados, la Cofradía de la Virgen de Luna ha cumplido un año más su cometido, el de devolver a su pueblo a la Madre y Alcaldesa Perpetua de Pozoblanco. Su capitán, Juan García, reconocía tras la eucaristía en el santuario, que “para los cofrades este es un día más de cumplimiento de nuestros deber, el de trasladar y custodiar el camino de vuelta de la Virgen de Luna, pero para el pueblo de Pozoblanco es un día especial, que se deja notar en las miles de personas que han querido acompañar a la madre tanto en su santuario como en el camino por la dehesa”.
La Romería de Traída se iniciaba con la junta de los hermanos cofrades en la Casa de Hermandad, donde cada uno recibía su tarea para el día, antes de marchar a la Parroquia de Santa Catalina para pedir permiso al capellán de la cofradía, José María González, para recoger y trasladar a la Virgen de Luna. Con el beneplácito del capellán, la cofradía inició el camino desde Pozoblanco al santuario para cumplir con su mandato, acompañada por cientos de romeros en el transcurrir por la dehesa, con la parada obligada en el Pozo la Legua para reponer fuerzas en la ya conocida como Despensa del Camino que el Ayuntamiento ofrece a los romeros.
A la llegada al Santuario de La Jara, la cofradía sacó en procesión la imagen de la Virgen de Luna por los alrededores, acompañada en su paso por el sonido de la campana y los disparos de descargas de los cofrades. En este año, y hasta que la cofradía adapte sus armas para ser de fogueo y cumplir con la normativa, las descargas se han hecho tras un cinta para mantener una distancia de seguridad con el público romero asistente. Unas medidas de seguridad que se han podido observar tanto en el santuario como en la entrada de la imagen a Pozoblanco.
Al término de la procesión tuvo lugar la eucaristía concelebrada en la que por primera vez, y “como actos previos en este año de la Coronación Canónica de la Virgen de Luna, se ha querido invitar a todas las cofradías patronales marianas de la comarca”, según explicó el capitán de la Cofradía. La coronación será el 7 de diciembre de 2025.
Un llamamiento al que acudieron todas sin excepción. En total fueron 12, que con sus estandartes y banderas participaron en la misa. Con sus respectivas representaciones estuvieron las hermandades de la Virgen de Guía de Alcaracejos, de Dos Torres y de Villanueva del Duque; de la Virgen de la Peña de Añora; de la Virgen de Gracia de la Alcantarilla de Belalcázar; de la Virgen de Loreto de Dos Torres; de la Virgen de las Cruces de El Guijo; de la Virgen de Piedrasantas de Pedroche; de la Virgen de Veredas de Torrecampo; de la Divina Pastora de Villaralto; y, como no cabía ser de otra forma, de la Cofradía de la Virgen de Luna de Villanueva de Córdoba.

La romería de la Virgen de Luna, una fe y un rito a prueba de siglos

Julia García. Diario ABC
La devoción, la tradición popular y el interés histórico y etnológico van de la mano en una fiesta que sigue intacta de generación en generación en Pozoblanco y en Villanueva de Córdoba. La romería de la Virgen de Luna goza de un buen momento y la consecución de la declaración Bien de Interés Cultural, que está en proceso, protegerá aún más sus ritos y su esencia.

Juan José Cartan, presidente de la hermandad de la Virgen de Luna de Villanueva de Córdoba, repasa para ABC el origen de todo: «Tenemos que remontarnos al siglo XV y XVI desde que se tienen las primeras noticias de la devoción a la Virgen de Luna en estas tierras, y se ha mantenido todos estos años».
Asegura que en Villanueva de Córdoba «es la devoción más intensa que existe y la hermandad más numerosa que hay, somos 1.400 hermanos en un pueblo que no llega a 9.000 habitantes, el porcentaje de población que son hermanos y hermanas es elevadísimo».

La Virgen de Luna se encuentra en Pozoblanco desde el pasado fin de semana. Y, a finales de enero la Virgen de Luna salía en procesión por los alrededores del santuario de la Jara por el pueblo de Villanueva de Córdoba durante su última semana de estancia allí.
Es ésta una de las principales peculiaridades que rodean a la devoción, Las romerías, los lugares y las celebraciones que tienen alrededor cada año se rigen en virtud del calendario establecido.

Sus tres casas
Cartan explica que «la Virgen de Luna tiene tres casas y que eso ha sido objeto históricamente de varios pleitos y enfrentamientos entre las hermandades para ver quién tenía la primacía sobre la devoción, la imagen, el traerla y el llevarla, las fechas».

En el momento presente ocurre todo lo contrario: hay buena sintonía entre las corporaciones y reman juntas en la misma dirección cuando es preciso. En las romerías participan las juntas de gobierno y se invitan mutuamente.

La conmemoración del 75 aniversario de la imagen actual de la Virgen de Luna el año pasado, el trabajo para la declaración de Bien de Interés Cultural de la romería y la futura coronación canónica son pruebas palpables de esta coyuntura favorable.
Los tres hogares que acogen a la patrona de Pozoblanco y de Villanueva de Córdoba son la parroquia de Santa Catalina, de Pozoblanco; la parroquia de San Miguel de Villanueva; y la ermita, en el centro de la Dehesa de la Jara.

El domingo de la sexagésima (justo el pasado domingo) la Virgen regresa a Pozoblanco, que la lleva al santuario el Domingo de Pentecostés y el lunes de Pentecostés va a Villanueva, y permanece en este pueblo hasta el segundo domingo de octubre.

Otro día señalado es el 15 de agosto, cuando Villanueva celebra la solemnidad de la Ascensión, ya la Virgen de Luna baja de su trono en la parroquia de San Miguel para ser expuesta en besamanos.
El Bien de Interés Cultural, que ya engloba a las romerías del Rocío y de Valme, en Dos Hermanas, supondrá reconocer en el futuro esta romería del Valle de los Pedroches por su valor etnológico, y también salvaguardarla. Así, es un antropólogo el que ha estudiado en primera persona y documentado a fondo con los testimonios de los cofrades y devotos estas vivencias.

El 3 de febrero pasado la Comisión provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía aprobó la apertura del expediente de inscripción en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz. ¿Qué es lo más llamativo para la Junta? Que las romerías trascienden los límites de los municipios para ser «supracomunales en la comarca de Los Pedroches», y se organizan en «un modelo de ritual festivo basado en el patronazgo compartido de la imagen sagrada y la movilidad del símbolo de su santuario a las localidades que le tienen devoción».

Su valor territorial y simbólico sirve para articular «un conjunto de rituales y de fiestas organizadas en su honor, al margen de las romerías». El plano social también se subraya, de las cofradías militares como colectivo articulador de estos rituales.

Si lo consigue, la de Luna será la primera romería de la provincia Córdoba como BIC, algo que sí tiene por ejemplo el Prendimiento, en Priego de Córdoba.

Juan García, capitán de la hermandad de la Virgen de Luna de Pozoblanco, indicó que la romería es crucial para sus habitantes: «Se celebra mucho el que la Virgen de Luna vaya a Pozoblanco. Se demuestra con más de 20.000 personas en el santuario y muchísima gente haciendo el camino andando y el de regreso. Hace cuatro o cinco años iban 16 carrozas, este año han sido 95». Obliga a establecer dispositivos con el Ayuntamiento y los cuerpos de seguridad muy ajustados y «no ha habido ninguna incidencia».
Esta corporación tiene un centenar de integrantes (acaban de ingresar dos mujeres por vez primera en su historia) y sigue conservando la estructura militar y su atuendo, que es muy característico. También fue así hasta principios del siglo XX en la de Villanueva de Córdoba. Recuerda Juan José Cartan que en 1911 dejó de utilizarse ese tipo de indumentaria y se decidió abandonar el uso de armas. Y, progresivamente, fue abriéndose al ingreso del público en general.

En 1980 se le dio un impulso muy grande a la hermandad de Luna de Villanueva y de 400 hermanos creció a los 1.200, y en 2023 no cesaron las incorporaciones. En este caso las primeras mujeres entraron en 2008.

¿Y cómo viven los jóvenes esta devoción en pleno siglo XXI, se perpetúa la traición de padres a hijos? Cartan no duda: «Aquí es muy tradicional que el niño nazca y, nada más recibir el bautismo, lo primero tras eso es hacerse hermano o hermana de la Virgen de Luna, y todos los años cuando tenemos la imposición de medallas tenemos muchos niños chiquititos».

Los números
Otra prueba de la amplitud del fervor por la Virgen de Luna en Villanueva es que la cofradía cuenta con filiales en Madrid y Cataluña. En cuanto a las cifras de asistencia a las romerías en Villanueva explica que últimamente la del segundo domingo de octubre ronda los 15.000 participantes, y pueden acudir devotos de otros pueblos, depende de muchos factores. La de

Pentecostés es más festiva, pero a veces resulta más íntima entre comillas porque cae en lunes. Más allá de las cifras, son siempre citas impregnadas de emociones y multitudes.

Juan García entró como cofrade en 1973 en Pozoblanco, en 1978 comenzó a formar parte de la junta directiva y lleva 31 años de capitán. Los nuevos estatutos les marcan otras directrices: ese puesto antes era vitalicio, pero ya está sujeto a mandatos limitados. «Mi idea es que vaya entrando savia nueva y siga continuando la tradición mejorándola», adelanta.

La forma de vivir la romería sigue igual, según su experiencia, «del mismo modo que nuestros antepasados lo hacían», con fluctuaciones en la cantidad de asistentes.

Pozoblanco, que cuenta con cofradía de la Virgen de Luna desde el siglo XV, se lleva a su patrona el domingo de sexagésima y siempre son 105 días los que permanece con ellos. La devuelve el Domingo de Pentecostés. El lunes de Pentecostés va a Villanueva de Córdoba y los devotos de Villanueva la dejan el segundo domingo de octubre.

Entre los ritos que menciona Juan García figura la despedida del carro, que es el simulacro de lo que se hacía en otras épocas de llevar comida al santuario. Mantienen también la llamada de los cofrades casa por casa, labor que desarrollan el sargento, el ordenanza y el tamborilero de madrugada.
Esta corporación tiene un centenar de integrantes (acaban de ingresar dos mujeres por vez primera en su historia) y sigue conservando la estructura militar y su atuendo, que es muy característico. También fue así hasta principios del siglo XX en la de Villanueva de Córdoba. Recuerda Juan José Cartan que en 1911 dejó de utilizarse ese tipo de indumentaria y se decidió abandonar el uso de armas. Y, progresivamente, fue abriéndose al ingreso del público en general.

En 1980 se le dio un impulso muy grande a la hermandad de Luna de Villanueva y de 400 hermanos creció a los 1.200, y en 2023 no cesaron las incorporaciones. En este caso las primeras mujeres entraron en 2008.

¿Y cómo viven los jóvenes esta devoción en pleno siglo XXI, se perpetúa la traición de padres a hijos? Cartan no duda: «Aquí es muy tradicional que el niño nazca y, nada más recibir el bautismo, lo primero tras eso es hacerse hermano o hermana de la Virgen de Luna, y todos los años cuando tenemos la imposición de medallas tenemos muchos niños chiquititos».

Los números
Otra prueba de la amplitud del fervor por la Virgen de Luna en Villanueva es que la cofradía cuenta con filiales en Madrid y Cataluña. En cuanto a las cifras de asistencia a las romerías en Villanueva explica que últimamente la del segundo domingo de octubre ronda los 15.000 participantes, y pueden acudir devotos de otros pueblos, depende de muchos factores. La de

Pentecostés es más festiva, pero a veces resulta más íntima entre comillas porque cae en lunes. Más allá de las cifras, son siempre citas impregnadas de emociones y multitudes.

Juan García entró como cofrade en 1973 en Pozoblanco, en 1978 comenzó a formar parte de la junta directiva y lleva 31 años de capitán. Los nuevos estatutos les marcan otras directrices: ese puesto antes era vitalicio, pero ya está sujeto a mandatos limitados. «Mi idea es que vaya entrando savia nueva y siga continuando la tradición mejorándola», adelanta.

La forma de vivir la romería sigue igual, según su experiencia, «del mismo modo que nuestros antepasados lo hacían», con fluctuaciones en la cantidad de asistentes.

Pozoblanco, que cuenta con cofradía de la Virgen de Luna desde el siglo XV, se lleva a su patrona el domingo de sexagésima y siempre son 105 días los que permanece con ellos. La devuelve el Domingo de Pentecostés. El lunes de Pentecostés va a Villanueva de Córdoba y los devotos de Villanueva la dejan el segundo domingo de octubre.

Entre los ritos que menciona Juan García figura la despedida del carro, que es el simulacro de lo que se hacía en otras épocas de llevar comida al santuario. Mantienen también la llamada de los cofrades casa por casa, labor que desarrollan el sargento, el ordenanza y el tamborilero de madrugada.
Este año el Ayuntamiento de Pozoblanco ha comprado 500 tambores para los niños y repartido 750 hornazos a escolares participantes en un trabajo. Las personas mayores, que no pueden vivir la romería como antes, son trasladados en autobús a una misa en el santuario para que vivan también la fiesta.

Otro sueño forjado hace tiempo se concretará en el horizonte de 2025 con las dos localidades unidas: la coronación canónica de la imagen. Lo próximo va a ser la constitución de la comisión gestora que llevará el control de la organización del programa de actos.
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, acogió favorablemente, en octubre de 2023, la petición conjunta de las hermandades de la Virgen de Luna de Villanueva de Córdoba y de Pozoblanco para la coronación canónica de la imagen en el santuario. Ambas cofradías acaban de lanzar la campaña de recogida de donativos común para llevar a cabo el proceso. Han creado una única cuenta bancaria conjunta, y también pueden realizarse las aportaciones mediante Bizum al código 08924.
Las coronaciones, que se producen siempre para reconocer a imágenes que gozan de una arraigada devoción entre sus fieles, llevan aparejados numerosos actos de culto, formación y caridad. En este punto, en que la Virgen de Luna permanece en Pozoblanco un periodo de tiempo largo, ambas hermandades van a comenzar a perfilar la cita. En el horizonte los devotos de la Virgen de Luna tienen ya el otoño de 2025 y es muy probable que la fecha escogida sea en el mes de octubre.

Miles de personas disfrutan de la romería del cambio de la Virgen de Luna en Pozoblanco

Julia López. Diario Córdoba
La de 2024 no fue una Romería de la Virgen de Luna más para la cofradía de Pozoblanco, ni siquiera para la localidad. Entre la fila de hermanos ataviados con la levita negra y con la escopeta en mano este domingo se pudo a ver a dos mujeres, la dos primeras que se suman a mantener cada una de las tradiciones que la cofradía guarda y pone en valor año tras año. Sin quererlo, suyo fue parte del protagonismo, compartido eso sí, pero su jurada de bandera no es algo más, es parte de la historia de la cofradía de la patrona pozoalbense. Victoria García López e Inmaculada García Pérez no pudieron contener la emoción en un día en el que también juró bandera Pedro García Sánchez. Savia nueva, jóvenes, algo que la cofradía necesita y agradece.

El día amaneció espléndido y eso se notó desde primera hora con centenares de romeros haciendo el camino de ida en busca de la patrona. Con el amanecer también llegaron los primeros disparos y el olor a pólvora, seña de identidad de la cofradía pozoalbense, hizo acto de presencia con ellos. La llegada de los hermanos al santuario marcó el principio de todo, fundamentalmente, del encuentro con la patrona. El abanderado desplegó la bandera, a hombros salió la Virgen de su santuario para presidir la eucaristía y en el colectivo la idea de una coronación canónica que llegará el año que viene. A ese hito hay que sumar los pasos dados para que la romería, junto a la de Villanueva de Córdoba, sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Todo alegrías en un año relevante para la historia de la cofradía.
A los tres nuevos hermanos se sumó el reconocimiento a Francisco Cardador, que recibió la medalla de oro de la cofradía, mientras que Antonio Amor Gómez, Miguel González y Manuel Javier Cebrián lucen la de plata. También hubo despedidas en las jubilaciones de Francisco Coleto y Bartolomé Herrero, y es que la cofradía es como la vida misma.
Tras la eucaristía, Victoria e Inmaculada recibieron felicitaciones a las que respondieron con emoción contenida. Sus miradas dejaban ver ese cúmulo de sensaciones vividas en un día en el que «se cumplía un sueño que teníamos desde pequeñas». Ambas lo vivieron con sus familiares, algunos también hermanos de la cofradía, y siendo conscientes de que su entrada como hermanas será siempre histórica.
El capitán de la cofradía, Juan García, tampoco dejó pasar la ocasión para mostrarse satisfecho por la entrada de mujeres, pero también por la juventud que aportan los tres nuevos hermanos. «Solo hemos tenido comentarios positivos y para nosotros es importante también que entre gente joven que vaya dando el relevo a la gente que llevamos más años», comentó instantes antes de comenzar la comida de hermandad.

Después de esos momentos de convivencia, tocó emprender el camino de vuelta, con mucha calor y con mucha gente que arropó a la Virgen de Luna durante todo el camino. Se unieron a las que esperaron en el Arroyo Hondo la llegada de la patrona, lo hicieron, muchos de ellos, con hornazo en mano. Los más pequeños se lo ofrecieron, como marca la tradición, a la Virgen de Luna, a la patrona, que ya está en Pozoblanco un año más.

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